martes, 18 de febrero de 2014

UNA MONEDA DIGITAL: BITCOIN

El creciente uso de bitcoin, ha llamado la atención de los reguladores en importantes centros financieros, quienes cuestionan la legalidad de sus operaciones, lo que ha despertado un genuino interés para que sea debidamente regulada. Varios escándalos relacionados con las transacciones de bitcoins han alimentado el interés de los reguladores; entre esos escándalos se encuentran el uso de bitcoins para realizar operaciones de narcotráfico, así como algunos fraudes que han puesto en dudas la seguridad misma de la plataforma. Estos son desafíos que deben ser superados antes de que el éxito de esta nueva moneda digital pueda ser considerado como algo definitivo.

Lo que se necesita es un sistema electrónico de pagos basado en una protección criptográfica en lugar de la confianza, permitiendo a cualquier par de personas transar directamente entre ellos sin la necesidad de la intervención de una creíble tercera parte. Transacciones que son computacionalmente imprácticas para revertir protegerían de fraudes a los vendedores, y mecanismos rutinarios de fácil implementación protegerían a los compradores." (Satoshi Nakamoto)

 Para la Creacion de esta se utilizo un proceso computacional sumamente complejo, y que de manera automática provocara un incremento estable de su oferta. Las complicaciones computacionales han sido necesarias para evitar que la moneda sufra los ataques de los falsificadores cibernéticos, de la misma manera que los billetes y monedas tangibles sufren los ataques de los falsificadores. Un paralelismo que pudiera ayudar a entender el proceso de generación de dicha moneda es asociarlo con la forma en la que originalmente los buscadores de oro (gold miners) hacían su trabajo. Cada bloque de oro encontrado podía representarse como un incremento en la capacidad de pago de quien lo encontraba. La diferencia con bitcoins está en los instrumentos utilizados para descubrir nuevos bloques de la monedas, mediante la solución de complejísimos rompecabezas computacionales, a través de las herramientas virtuales (bitcoin miners) que consumen una gran cantidad de tiempo y, por tanto, de recursos. Esos bloques han sido predefinidos en el sistema por unos parámetros que no solo deben ser satisfechos, sino que, además, el equipo de trabajo debe presentar las pruebas del esfuerzo realizado para alcanzar esos resultados. Los niveles de dificultad para descubrir nuevos bloques van aumentando con el paso del tiempo para garantizar que la oferta de bitcoins crezca a la tasa decreciente preestablecida. De acuerdo con la programación, la oferta de bitcoins debe llegar a un máximo de 21 millones de unidades en el 2030.







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